martes, 5 de octubre de 2010

CIBERMANIA

El arte, como todos los demás campos de las actividades humanas, ha sido impactado por la revolución que significan las Tecnologías de Información y Comunicación (TICs). Al menos dos generaciones de artistas ya han incorporado estas tecnologías a su trabajo y dan cuenta de ello. Los resultados, aunque poco conocidos para el gran público y el estamento intelectual de los museos, son sorprendentes. Las formas de arte generadas en estos medios han asimilado lo mejor de ellos: la interactividad. Sobre las transformaciones que habían adelantado los movimientos del arte conceptual, en relación a la consideración de la obra de arte y al campo ampliado de  su comprensión, se agregan las obras que provee el medio telemático que es profundamente democrático.
El rasgo determinante para distinguir las obras de arte cibernético será entonces el de ser obras interactivas; es decir, que se realizan con la participación del espectador. Además, debido a las características del medio, éstas no mantienen el concepto de originalidad y de presencia material; se actualizan, tantas veces como se desee, en el momento de su expectación. El término utilizado en el contexto especializado es el de Net Art, que significa arte en la red telemática.

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